El aliento de la vida

Imagina lo estupendo que sería tener la posibilidad de introducir en el cerebro una sola instrucción que, al ser ejecutada de forma consciente, nos aportara grandes beneficios.

Pues bien, esa instrucción la llevamos incorporada de serie. Se trata de la respiración.

Como todos los mecanismos imprescindibles para asegurar nuestra supervivencia, funciona automáticamente.

Observa a un bebé y podrás apreciar como su abdomen se expande y se contrae en cada respiración. Sin embargo, a causa del estrés, las preocupaciones, las emociones descontroladas o el sedentarismo, la respiración de numerosas personas acaba reducida a un débil aleteo que, a duras penas, ventila una pequeña parte de sus pulmones.

La respiración entrecortada, jadeante, se asocia a los estados de agitación física y mental. Por el contrario la respiración pausada y profunda es característica de los momentos de calma, bienestar y lucidez.

Tomar plena conciencia de la respiración nos va a permitir recuperar ese estado primigenio que tiene la del bebé, con todos los beneficios fisiológicos que conlleva. Va a mejorar la capacidad pulmonar, la oxigenación de la sangre, la nutrición de las células y la eliminación de residuos. También será muy beneficioso para el sistema nervioso.

El control consciente de la respiración es el fundamento del Chi Kung (Qi Gong) y del Pranayama yóguico, que tan útiles se han mostrado a lo largo de siglos para incrementar la vitalidad y la serenidad.

A través de la respiración podemos acceder conscientemente a un proceso psicofisiológico inconsciente y actuar sobre él. Esto supone una mayor profundidad en el proceso de autoconocimiento. A partir de ahí, se hace más evidente el sutil vínculo de conexión existente entre cada uno de nosotros y el conjunto del universo.

Una antigua parábola oriental habla de la respiración como un delgado hilo que cuelga del árbol de la sabiduría. Por si sola no es suficiente para permitirnos trepar, pero si atamos una cuerda al extremo del hilo, tiramos por el otro extremo y afianzamos la cuerda, podremos subir hasta la copa.


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