Tres minutos para liberar tensiones, serenar la mente y activar la energía interna.
Un ejercicio sencillo… o no tanto.
A menudo el cuerpo está demasiado encorsetado y tiene serias dificultades para moverse de forma libre, intuitiva y espontánea.
Primero dedica unos segundos a tomar consciencia del momento presente. Solo hay que respirar profundamente y dejar pasar los pensamientos.
Después empieza a moverte, a tu aire, sin prisas ni excesos.
Confía en tu cuerpo, no te juzgues y disfruta el momento.
Poco a poco verás los resultados.
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